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domingo, 16 de octubre de 2016

LEVANTANDO UNA CHICA TRANS DE LA CALLE...

Muchos nos hemos atrevido a contratar a alguna puta travesti o trans por internet, antes mediante anuncios del periódico -años ha...-, pero es todo una experiencia hacerlo en vivo, en la calle.

En la Ciudad de México, como en prácticamente todas las urbes hay zonas especificas donde existen chicas, chicos y travestis y transexuales que venden su cuerpo por dinero. La experiencia puede ser super excitante o un fiasco total, aunada a las enfermedades que puedas llegar a adquirir si no te proteges adecuadamente.

Pero a veces le estamos dando vueltas y vueltas al asunto en nuestra mente a grado tal que prácticamente se convierte en una obsesión hasta que tomamos nuestro coche -generalmente- y vamos a recorrer las calles donde se paran los travestis que se dedican a la prostitución.


Alguna vez estaba tan caliente en mi oficina que checaba y checaba anuncios en internet, en grupos, pero no me convencía. Hacía años que había tenido mi primera experiencia con un travesti -unos siete años ya- y de hecho me gustó mucho, pero los conflictos mentales, los prejuicios y el trabajo y familia me habían alejado de un nuevo encuentro. Pasaron quizá unas dos o tres semanas que estuve acariciando la idea de contratar una chica -biológica- para salir del tedio de la rutina familiar. 

En fin, me decidí a irme por una puta. Cerré la oficina abordé mi auto y me dirigí al área ubicada por las calles de Sullivan en el DF. ¡Qué chulas mujeres! Como para levantar a todas, jóvenes, maduras, muy maquilladas, excelentes cuerpos, bonitas caras... 

Como era media semana no había ni muchos coches ni muchas putas, así que decidí ir a Tlalpan, donde hay una zona donde encuentras mujeres y otra más extensa a lo largo de la avenida, donde encuentras travestis y transexuales. Me dirigí al area de mujeres, tenía deseo sexual de una mujer madurona y curvilínea sin llegar a gorda.

Ya llegué a Tlalpan, comienzo por la estación del metro San Antonio Abad; son casi las 12 de la noche, pocos autos, muchas putas... Voy a marcha lenta en mi coche, casi cada cuadra hay hermosas mujeres, por lo menos el maquillaje las hace lucir así. Gorditas, delgadas, altas, bajitas, piernudas, nalgonas, chichonas, hay para todos los gustos.  No me decido. Paso Viaducto, más mujeres, doy vuelta donde se encuentra el restaurante "Vips"; tengo la verga parada de tanto ver putas y excitarme solo con la imaginación.

Hay una en especial que me llama la atención, cuerpo prácticamente perfecto, mini falda roja, busto grande, cabello largo ondulado y obscuro, blanca, unos treinta años. Lindas piernas. Detengo  la marcha del coche y se asoma por la ventana del lado opuesto a donde vengo manejando.

 - Buenas noches -le saludé-, ¿Cuánto cobras por tu servicio?

Hola, -responde- con estimulación oral y penetración vaginal  te cobro $500 pesos. ¡Anímate!

- O.K. respondo, doy una vuelta y me decido...

Se aleja de la ventana con gesto de aburrimiento y tedio, de un oficio por largo tiempo practicado.


Le doy la vuelta completa a la cuadra, salgo de nuevo a Tlalpan, decido ir más adelante. Como no estoy familiarizado con las sexoservidoras de esta zona, llego al área donde hay algunas mujeres pero la mayoría son travestis y transexuales.  Algo raro noto. En muchos casos veo super cuerpazos pero caras toscas. ¡Son hombres! Pienso.

Por curiosidad sigo y sigo sobre Tlalpan hasta llegar casi a la estación del metro Portales. Hay muchas travestis hermosas pero deseo una mujer. hace años que sacié mi curiosidad de estar con una travesti. Regreso hasta Viaducto decidido a levantar a la chica madura que vi hace rato. Ya no está... Mmm ya se la llevó alguien más.

Sigo de nuevo al área donde hay travestis y algunas mujeres. Veo una con un busto impresionante y cara angelical. Creo que es hombre. Mmm... Me dan ganas con ella aunque esté buscando una mujer. Sigo mi camino, llego casi al metro Nativitas y doy vuelta donde veo más de una docena de chicas -y chicas trans-; de inmediato noto una chica diferente, seguro es mujer, traje sastre amarillo mate con minifalda que deja ver unas asombrosas piernas bien torneadas, largas y muy bien torneadas.

Algo pasadita de peso pero me gustan más así, "llenitas". Cara bonita, morena clara, zapatos de tacón inmaculados. Me acerco a ella y le pregunto que cuánto cobra por sus servicios.

Responde que $400 pesos con relación oral, su voz es la de una mujer muy joven, busto grande. Hay varias mujeres y bastantes transexuales en esta calle. Percibo un olor de perfume muy rico y dulce en ella. Por fin me decido y le digo: ¡Súbete!


Abre la puerta de mi coche y me saluda de un beso en la mejilla. ¿A qué hotel vamos? Le pregunto. 

Yo te guío, date la vuelta a la derecha. -Me dice-.

Sigo sus indicaciones y llegamos a un hotel sobre la calle de Bolívar y casi Viaducto. Medio feo, nos metemos al garage y estaciono el coche. No le podía quitar la mirada del par de piernas hermosas que se notaban casi en su totalidad por la posición sentada y su minifalda. 

Llegué muy excitado al hotel. Platicamos de trivialidades en el corto trayecto al hotel. Bajamos del coche, ella saluda con familiaridad a la persona que cuida el estacionamiento.

"Paga en la recepción" me dice.  

Obedezco y pago la habitación. $200 pesos le doy a la cajera y me da la llave de la habitación "105". se encuentra en la misma planta baja del hotel, a unos cuantos pasos de la recepción. Es un hotel viejo, obvio "de paso", limpio pero cobra barato y luce barato. No hay lujos, puertas, pintura y ambientación austera.

Estoy excitado, el dolorcito en la boca del estómago se apodera de mí. No es la primera vez que me voy con una puta, pero sí es la primera que levanto una de la calle. ¿Me robará?, ¿Se portará bien?

Entramos a la habitación y comenzamos a platicar. ¿Qué te gustó de mi? me pregunta la que me dijo que se llama Susy. 

Pues francamente tus piernotas, respondo y tu olor, traes un perfume muy rico, tu figura, tus tetas, toda tu. Espero me trates muy bien.

Claro que si "chiquito" me dice Susy. ¿Me das mi regalito? Saco $500 pesos y no me da cambio. Bueno, los vale la mujerzota pienso-.


Comienza a desvestirse sin dejar de tener una charla muy amena; comienzo a desvestirme también. 

La gran ventaja de las putas es que no hay que tener preámbulos ni hay que "conquistarla" , es su oficio y sabe que no te interesa ni a ella, establecer una relación afectiva.

Se quita el saco, se desabrocha la blusa, adivino unas grandes tetas bajo el bra, se quita la falda y ¡Oh! ¡Qué piernotas, qué culote, qué nalgotas!

Se me erecta el pene y comienza a acariciarme. Me quita la trusa. Quedo en camiseta. 

Comienza a chupar mi pene de una forma que hace mucho no gozaba de esa manera. ¡Qué mujer! Exclamaba para "mis adentros."



Bajo mi mano y quiero acariciarle la vagina, deseo sentir su calor, su humedad, quiero meterle mis dedos y sentir su interior... No me deja, con movimientos delicados y a la vez decididos, me quita la mano. Subo a sus tetas. Tampoco me deja... ¿Qué onda? Me pregunto, mama riquísimo pero no me deja tocar.

Trato de tocar su entrepierna de nuevo y vuelve a quitarme la mano. De repente me pregunta: ¿Te gustaría metérmela por atrás? ¡Ohhh! Siempre lo he deseado pero nadie se ha dejado -pienso-. Claro, respondo nunca lo he hecho así. -Me refiero obvio, a una mujer-.

Me pone el condón muy hábilmente con la boca, se acomoda y queda empinada frente a mí.

¡Qué nalgas dios mío! ¡Qué nalgas! Siento que el pene me explota de lo erecto que lo tengo al ver esas super piernas y esas exquisitas nalgas como nunca había visto más que en revistas o películas porno.

No pienso en nada más, me gana el deseo, la lujuria...

Le meto la verga por el ano. La obscuridad y la blusa a medio quitar, además de que no se quitó la tanga sino solamente hicimos a un lado el hilo que la sostiene, no dejó que me percatara de que había "algo más".  Se la meto, la saco, decenas de veces, ella grita, gime, ¡Duro, duro! me ordena. 

La embisto lo más fuerte que puedo; no me canso de tocar, de nalguear, de palpar sus enormes y bien formadas nalgas, toco sus piernas y de repente le meto la mano a la... ¡No hay vagina!

Le saco el pene de inmediato y le digo: ¡Eres hombre!


Continúa en la siguiente publicación...

¡Soy travesti!

Eli "V".










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